Soy entrenador de edades formativas algunos años, bastantes diría yo. Y también en mi formación académica psicólogo y cursando maestría en psicología deportiva. Con esto te quiero decir que estoy enrolado a la problemática que vivimos los profes frente a un equipo formativo.
Te pregunto algo: ¿Tú trabajas con niños y jóvenes (talentosos y menos talentosos)?
Entonces, sabes que entrenar no se trata solo de táctica y técnica. Hay sueños, alegrías, miedos, decepciones y muchas cosas más que viven nuestros alumnos. En el día a día aprendí algo: los niños y jóvenes son un cúmulo de emociones que muchas veces solo quieren jugar, y sentirse seguros en un espacio de amigos y compañeros.
Pero también existen deportistas que no solo desean jugar, sino que poseen todas las condiciones para trascender, y en nosotros buscan una guía formativa, un referente donde nuestra palabra marca el camino.
Por ello, si queremos llevar a nuestros deportistas al siguiente nivel, conozcamos un poco el “dúo dinámico”: la sinergia entre el Psicólogo Deportivo y el Coach Deportivo, una alianza clave para potenciar el rendimiento y el crecimiento integral de cada deportista, en cualquier disciplina.
Ambos conceptos para nuestra sociedad creerían que son relativamente nuevos, pero son herramientas valiosas en el desarrollo de nuestros deportistas. En conocer sus diferencias y cómo se complementan es una de las claves del éxito.